Agrietar las estructuras
2020/2022
La construcción de calles y caminos en las ciudades está directamente relacionada a su funcionabilidad, en el sentido productivo de la actualidad, pensadas para hacer más eficiente rutinas y tránsitos de sujetos que se desplazan de un punto en particular a otro y así no perder ningún minuto del día.
Así, en la vorágine del día a día, la construcción de estas ciudades se cimienta en paralelo a la construcción de rutinas que conllevan tránsitos productivos en espacios físicos y temporales determinados.
Es en estos espacios donde, en detalle, podemos encontrarnos con elementos y estructuras que cumplen un rol espacial y temporal arquitectónico específico. Esto para permitir y facilitar el tránsito de los sujetos y, en consecuencia, mejorar los tiempos de traslados, la movilidad y su posibilidad productividad.
Sin embargo, estos objetos situados, que cumplen una función determinada, en espacios determinados, no están ajenos a la libre interpretación y usabilidad alternativa que sujetos, con el objetivo de romper y agrietar la rutina diaria del cotidiano, le puedan dar.
Encontrando la posibilidad de libertad, por mínima que sea, en la acción misma de entregarle un nuevo sentido y uso a estas estructuras sin un objetivo particular, ni menos con el afán de conseguir algo a cambio más que la diversión.
Estos sujetos se permiten usar, desgastar y transformar las estructuras dispuestas para el transitar, sin siquiera transitarlos, sino apropiándose de estos en las múltiples posibilidades de la creatividad en calidad de espacio. Encontrando en este ejercicio, un escape a la rutina productiva a la que se nos carga, re-asociando los espacios como espacios de habitar y no solamente de transitar.
Así, en la vorágine del día a día, la construcción de estas ciudades se cimienta en paralelo a la construcción de rutinas que conllevan tránsitos productivos en espacios físicos y temporales determinados.
Es en estos espacios donde, en detalle, podemos encontrarnos con elementos y estructuras que cumplen un rol espacial y temporal arquitectónico específico. Esto para permitir y facilitar el tránsito de los sujetos y, en consecuencia, mejorar los tiempos de traslados, la movilidad y su posibilidad productividad.
Sin embargo, estos objetos situados, que cumplen una función determinada, en espacios determinados, no están ajenos a la libre interpretación y usabilidad alternativa que sujetos, con el objetivo de romper y agrietar la rutina diaria del cotidiano, le puedan dar.
Encontrando la posibilidad de libertad, por mínima que sea, en la acción misma de entregarle un nuevo sentido y uso a estas estructuras sin un objetivo particular, ni menos con el afán de conseguir algo a cambio más que la diversión.
Estos sujetos se permiten usar, desgastar y transformar las estructuras dispuestas para el transitar, sin siquiera transitarlos, sino apropiándose de estos en las múltiples posibilidades de la creatividad en calidad de espacio. Encontrando en este ejercicio, un escape a la rutina productiva a la que se nos carga, re-asociando los espacios como espacios de habitar y no solamente de transitar.